A pesar de los avances legislativos y tecnológicos en materia de gobierno abierto y transparencia, una parte importante de la ciudadanía sigue desconfiando de la información que publican las administraciones públicas.
El Informe de 2019 del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) arroja datos preocupantes: un 35% de los ciudadanos desconfía de la información pública que ofrecen las instituciones. Y no se trata de un problema menor: la desconfianza erosiona la legitimidad institucional, dificulta la participación ciudadana y puede alimentar discursos de desafección y populismo.
❌ Principales razones por las que la ciudadanía desconfía:
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Acceso difícil o limitado. Muchos portales de transparencia no están diseñados pensando en el usuario. La información es difícil de localizar, los buscadores internos son poco eficaces y los datos están dispersos en múltiples documentos.
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Información técnica o poco comprensible. El exceso de tecnicismos, documentos legales y lenguaje administrativo actúa como barrera. Lo que debería empoderar al ciudadano, acaba desanimándolo.
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Percepción de manipulación. Cuando la información está incompleta, desactualizada o presenta solo una parte de la realidad, surge la sospecha: ¿qué están ocultando?
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Desigualdad digital. Un sector de la población sigue teniendo dificultades para acceder a recursos digitales. Esto afecta especialmente a personas mayores, con bajo nivel educativo o en situación de vulnerabilidad digital.
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Falta de contexto y de narrativas claras. Los datos abiertos, sin explicaciones ni marcos interpretativos, generan más preguntas que respuestas.
🔥 El riesgo: desinformación desde la propia administración
Paradójicamente, una mala estrategia de transparencia puede convertirse en un generador de desinformación. Cuando las administraciones publican datos sin contexto, o lo hacen de forma desorganizada, alimentan la percepción de opacidad.
🏛️ ¿Cómo revertir esta desconfianza?
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✔️ Mejorando la usabilidad y accesibilidad de los portales de transparencia.
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✔️ Apostando por la narrativa pública: explicar los datos de forma sencilla, con lenguaje claro, gráficos e infografías.
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✔️ Fomentando la participación: abrir canales para que los ciudadanos pregunten, sugieran y retroalimenten la información.
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✔️ Garantizando la actualización continua de los datos.
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✔️ Impulsando campañas de alfabetización digital y datos para que la ciudadanía aprenda a interpretar la información pública.
La transparencia no es solo publicar datos. Es construir confianza, empatía y sentido de comunidad